Hay una estrella en tu interior
Llega un tiempo entrañable, especialmente para los niños. Todo se vuelve mágico, las calles se transforman, de repente las escuchamos si ponemos atención y nos hablan con un lenguaje musical, suave, rítmico... También vemos las señales que nos transmiten en forma de luces de colores, señales que nos invitan a la alegría, a la esperanza. Los niños se introducen en este mundo de “ensueño”, mientras los adultos con nuestras prisas, obligaciones... nos olvidamos de esta parte mágica, que no tiene porqué ir vinculada con el consumo. Para muchos de los niños con quienes trabajamos, es un tiempo triste, donde se acentúa la ausencia de familia, la ausencia de adultos que les quieran de forma incondicional, con sus cosas buenas y sus cosas menos buenas. Echan de menos abrazos sinceros, abrazos que envuelven, que acogen... echan de menos un lugar al que pertenecer, del cual formar parte. Este hecho me hace pensar en todas las personas que trabajamos con estos niños. Y como esta...