Sintonizar con los niños.

Si buscamos en un diccionario el significado de la palabra SINTONIZAR nos podemos encontrar con definiciones parecidas a estas: 
-Poner un aparato receptor en la misma frecuencia que un aparato emisor para poder recibir su señal, o entendimiento y armonía entre dos o más personas. 

Los psicólogos que trabajamos en terapia con niños, intentamos “sintonizarnos” con ellos para entender sus comportamientos, descubrir sus ilusiones y alegrías, sus miedos y sufrimientos, etc... para aumentar su bienestar y facilitar un desarrollo adecuado de su persona. 
La psicoterapia es un proceso de comunicación entre un psicoterapeuta y una persona que acude con el propósito de una mejora en su calidad de vida, a través de un cambio en su conducta, actitudes, pensamientos o afectos. Los humanos hemos desarrollado el lenguaje para comunicarnos. Los adultos a veces hablamos a los niños como lo hacemos entre nosotros y esto no sirve con los más peques. Entre adultos utilizamos las explicaciones conceptuales pero los niños son poco receptivos a este código. Nosotros tenemos que sustituir esas explicaciones conceptuales por narración simbólica, cuentos, historias cargadas de imaginación y fantasía.
Recuerdo un niño que me preguntaba por la memoria, ¿qué era eso?, ¿porqué él tenía recuerdos que quería olvidar y sin embargo no recordaba otras cosas que le sucedían? Primero le expliqué que la memoria era la facultad del ser humano para retener y recordar hechos pasados. Nada, no solo no se había enterado sino que además no le servía de nada. 

Entonces me inventé un cuento donde la memoria era como el armario de mi despacho donde yo guardaba allí todo lo que me iba sucediendo durante mi vida y luego podía sacarlo cuando lo necesitaba. Noté que aumentaba su curiosidad y me repitió sus inquietudes sobre tal armario. Le pregunté por lo que comió ayer y hace tres meses y esto me permitió explicarle que hay sucesos que no nos sirven y los guardamos muy atrás en el armario y otros que sí son más importantes y los podemos ver nada más abrir la puerta. 

Ahora, sí estábamos hablando de lo mismo. Ahora, sí estábamos en sintonía. Luego él me pudo contar que su hermano había muerto y esto le hacía sufrir y quería olvidarlo aunque no podía y le entraba rabia cuando olvidaba cosas más cotidianas.
Las historias comunican y nos sintonizan mucho más que las simples explicaciones. Primero, porque el niño las visualiza, las imagina y las vive. Segundo, porque conectan con sus experiencias y con todo lo que ocurre a su alrededor. Y por último, porque las historias mueven emociones, cosa que difícilmente hace una mera explicación. En muchas ocasiones, los adultos tenemos que explicarles a los niños situaciones o hechos difíciles de contar. La separación de los padres, la muerte de la abuelita, la grave enfermedad de un ser querido, etc… Para ello hay que inventarse o utilizar una buena historia, que el niño se meta en la situación que le queremos contar. Que la viva en su imaginación y la llene de fantasía. 
 Como diría uno de nuestros maestros, “la terapia es un arte” y los psicólogos tenemos que ser unos artistas en la creación y utilización de cuentos, metáforas e historias que nos “sintonicen” con nuestros niños.

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