TOY STORY

 

Toy Story, o en castellano historia del juguete. Hoy me gustaría compartir la historia de algunos de mis compañeros de trabajo. Hace unas semanas, por redes sociales leí una publicación de alguien que quería donar juguetes que sus hijos, ya mayores, no utilizaban. No quería venderlos, quería que cayeran en manos de alguien que los fuera a seguir utilizando, para que continuaran con su labor a las órdenes de otros niños. Y pensé: “cumples los requisitos de sobra, aquí van a jugar con muchos niños, van a tener mucha faena. Estaría genial recibir esos juguetes y ser testigo de cómo continúan con su labor. Seguro que recibe muchas propuestas pero oye, por comentar no pierdes nada”. Y así lo hice, le conté en qué consiste nuestro trabajo, con la gran suerte de que quien leyó mi mensaje, la autora de la publicación, es una persona con una sensibilidad especial hacia el mundo de la infancia dedicando también su labor profesional al cuidado de los más pequeños desde otro ámbito. Así que me eligió como sucesora, para que siguieran prestando su ayuda a otros niños ahora que los suyos habían crecido.


Después de algunas conversaciones y planificación de traslados, al cabo de unos días recibí una enorme caja. Al ver el paquete no pude más que sentirme impactada por la gran cantidad de nuevos compañeros que iba a tener. Me sentí ilusionada y afortunada, y tenía unas ganas enormes de poder presentárselos ya a quienes iban a ser sus nuevos jefes.

Mientras iba sacándolos de la caja, pensaba en las distintas historias que ellos habrían construido con sus anteriores dueños, la cantidad de aventuras por las que habrían pasado, la cantidad de batallas libradas, de carreras ganadas y perdidas, de mundos nuevos que habrían creado…


¿Qué coche habría servido en la huida de un robo y cuál habría llevado a los niños al colegio? Los agentes de policía que están en la comisaria, ¿habrán sacado a alguien de algún apuro? ¿Habrán detenido a los malos que huían del robo? ¿Qué nuevas aventuras les esperan? ¿Le ayudarán a algún niño a elaborar esos recuerdos fragmentados que tiene porque alguna vez la policía tuvo que acudir a su casa?

Seguro que han trabajado sin descanso, pero es algo que no pueden parar de hacer, quieren seguir entreteniendo, divirtiendo, ayudando y haciendo disfrutar a los niños. A fin de cuentas, como dice el Sheriff Woody en la película que da título a esta entrada: “los juguetes tenemos que estar ahí para cuando los niños nos necesiten”.

Así que ahora, después de un largo viaje, con una tormenta y una nevada que les ha tenido retenidos algunos días en el camino, han descansado y conocido su nuevo hogar. Y están dis
puestos a enfundarse las botas, coger sus espadas, cargar sus depósitos de gasolina y llevar consigo a los niños “al infinito y más allá”. Están dispuestos a comenzar su nueva vida en la que protagonizar
án nuevas y fascinantes historias surgidas de las mentes más brillantes, más creativas e imaginativas para hacerlas disfrutar y aprender, y también para sacar de ellas los conflictos más profundos y perturbadores para ayudarles, poco a poco, y mediante el control de la realidad desde la imaginación, a ir cerrando heridas e integrando recuerdos.

L., gracias por tu generosidad, debes saber que han sido recibidos con los brazos abiertos y los ojos brillantes de ilusión, solo puedo reiterarte mi agradecimiento y asegurarte que el trabajo continúa…

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