“AQUÍ HAY LO MISMO PARA TODOS"


Una mirada comprensiva 

Es común en los centros de protección la idea de que se tiene que aplicar las mismas normas, pautas y protocolos exactamente por igual a todos y cada uno de los niños.

Esta idea puede parecer por un lado bien intencionada para evitar supuestamente que haya tratos desiguales. Y también,por otro lado, puede resultar útil para asegurar el control de la institución y el mantenimiento del orden, dando una supuesta tranquilidad a los profesionales que, para saber a qué atenerse, sólo tienen que consultar las normas y los protocolos.

Sin embargo, si entendemos que el objetivo de un centro de protección no es sólo el cumplimiento de las normas, sino que se trata de acoger a cada uno de los menores que entran a vivir en ellos, esta idea de “el mismo trato para todos” es contraria a la acogida, entendida ésta como dar un lugar a cada niño, acogiendo y validando lo que ese niño es y respondiendo a sus necesidades y características particulares. Cuidar y proteger sólo puede ser un acto que atienda a la subjetividad y la individualidad de a quien se cuida y protege; y esto es único y diferente en cada niño.

Si, por ejemplo, a un niño no le gusta un alimento concreto y a otro no le gusta otro, entendemos que no pasa nada porque un niño tome menos de uno y otro niño tome más de otro (o incluso no tome, según el caso) ¿Por qué tienen que comer todos exactamente lo mismo? El hambre y el gusto es algo muy personal. Y los padres, generalmente, se ajustan y negocian estas cuestiones de manera particular con cada uno de sus hijos. ¿Por qué no en un centro de acogida?

 

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