EL CIRCO DE LA MARIPOSA, una nueva oportunidad.

Me gustaría retomar la idea comentada por mi compañera Marta Rodrigo en su anterior artículo “¿qué te define?” y profundizar en cómo nuestra autoestima y autoconcepto se va construyendo, entre otras cosas, a través de la mirada de los demás. 
He vuelto a ver el vídeo de “El Circo de la Mariposa”, y no deja de impresionarme lo eficaz y sencillo (que no siempre fácil) que es, como dice en el vídeo el Sr Méndez, “ver lo magnifico del ser humano”. Este vídeo es una bonita forma de mostrar la influencia que tiene la mirada del otro sobre el concepto que uno tiene de sí mismo. También es un ejemplo de la capacidad de resiliencia que tenemos los seres humanos cuando alguien es capaz de mirarnos, de ver nuestro potencial y a través de la confianza, darnos una segunda oportunidad. 
El protagonista de la historia es Will, un hombre sin brazos ni piernas que forma parte de un circo donde se le exhibe como un “fenómeno horrible de la naturaleza” junto a otros compañeros con otras dificultades o malformaciones. En la vida de Will se cruza el Sr Méndez, director del “Circo Mariposa” y es ahí donde empieza su camino de transformación, su segunda oportunidad, al igual que lo ha sido para los demás integrantes de su circo. Para ello Will tiene que abandonar su victimismo, cambiar su propia mirada, confiar en sí mismo y en la persona que confía en él y atreverse a cambiar. Al final Will encuentra aquello que es especial en él, que lo diferencia de los demás y le permite destacar. Con sorpresa descubre incluso que puede ser un modelo para otras personas con dificultades similares a las suyas. 
Desde mi punto de vista en el proceso de cambio influyen dos aspectos: por un lado la seguridad y la mirada del Sr Méndez que ve en él a un ser humano maravilloso; por otro la capacidad de Will de atreverse a cambiar. 
Durante todo el vídeo está presente la metáfora de la mariposa y el proceso de transformación de la oruga, que pasando por crisálida se convierte por fin, en una hermosa mariposa. Y todo ello bajo la atenta mirada de un niño que asiste fascinado por primera vez a este fenómeno. 
El Sr Méndez es el motor que impulsa el cambio y así se lo señala a Will a través de algunas frases como cuando pone de ejemplo a sus compañeros: “!si tan sólo pudieras ver la belleza que puede salir de las cenizas!”. A la vez que provoca el cambio en Will cuando éste ve su tarea difícil: “mientras más grande es la lucha, más glorioso es el triunfo!”. La seguridad y confianza que transmite es fundamental para iniciar el cambio. 
Es importante tener esta perspectiva con los menores a los que atendemos; nosotros podemos ser ese Sr Méndez que ve su potencial y los acompaña. Ellos son todavía pequeñas orugas o crisálidas en su proceso de hacerse mariposas y la fuerza que necesitan para construir sus alas puede verse muy mediatizada por la confianza que depositemos en ellos. Tras las dificultades que han encontrado en los inicios de su vida en la construcción de sus apegos y del concepto de sí mismos necesitan una mirada diferente, optimista y llena de confianza que les haga creer en sí mismos. 
Para ello es necesario tener la seguridad de que puede salir algo bello de sus duras historias precisamente porque han sido duras y porque el hecho de atravesarlas con éxito les dota de una fortaleza y madurez que hace más glorioso su triunfo. Tal vez la mayor dificultad esté en la falta de seguridad de los adultos que acompañamos; de saber sostener las dudas, la desmotivación y el tiempo de espera hasta que encuentran su propio camino.

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