"Alimentar al tigre"

En la antigüedad las metáforas y cuentos eran formas de trasmitir conocimiento. Las historias creaban imágenes en la mente del lector o del oyente y de esta forma permanecían en la memoria, y se trasmitían de generación en generación. Se han utilizado, desde siempre, eran y son un medio para trasmitir valores y enseñanzas.

En la terapia, las metáforas tienen muchas ventajas. Al utilizar un lenguaje simbólico de comunicación, las personas, pueden identificarse con la historia y esto puede ayudarles, a cambiar su punto de vista sobre una situación problemática, y ayudarle a afrontar y solucionar los problemas de forma más constructiva. 

Hoy me gustaría compartir una de mis metáforas preferidas para utilizar con nuestros niños y niñas que tiene como titulo "alimentar al tigre"

“Una mañana te despiertas y frente a la puerta de tu casa encuentras un adorable cachorrito de tigre. Lo adoptas y te lo quedas en casa.

Tu precioso tigre empieza a maullar y tu intuyes que siente hambre. Le das un pedazo de carne de hamburguesa y repites esta misma operación cada vez que lo escuchas llorar.

Cuando pasados los días, tu mascota empieza a crecer, ya no puedes darle un poco de hamburguesa, sino que tienes que proveerle de costillares enteros y piezas grandes de buey.

Esto mismo es lo que ocurre con los pensamientos: crecen y crecen como el tigre cuanto más los alimentas, es decir, cuanto más valor les das. Así, les otorgas mayor poder y estos acaban controlando gran parte de tu vida”.

Las sensaciones de inseguridad, o el aburrimiento, la angustia, la tristeza, los pensamientos de culpa, o recuerdos desagradables, etc. pondrán a menudo a la persona en la necesidad de afrontar esas sensaciones y pensamientos; y cómo se afronte (esto es, el tipo de regulación de tales eventos) podría resultar molesto a la corta pero con significado personal a la larga, o bien placentero a la corta pero limitante a la larga. 

Tu lucha con tus pensamientos y emociones dolorosas puede compararse con este tigre imaginario. Cada vez que le das poder a tu dolor alimentándolo con la carne de la evitación experiencial (es decir, todo lo que haces que te ayuda a evitar pensamientos y emociones dolorosas) ayudas a que tu tigre del dolor crezca y se haga más fuerte. Alimentarlo de este modo parece lo prudente. El tigre del dolor ruge ferozmente diciéndote que lo alimentes con lo que quiere o te comerá. Sin embargo, cada vez que lo alimentas, ayudas a que el dolor se vuelva mas fuerte, más intimidante y que tenga más control de tu vida.

Y tú, ¿vas a seguir alimentado al tigre?

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