LA METÁFORA DE LOS LOBOS
Hoy elaboro este post a
partir de una metáfora que me encontré al finalizar una novela de Louise Penny, "Un bello misterio", novela negra que se desarrolla en Quebec. En una zona
boscosa, alejado de la civilización, se encuentra un monasterio donde vive un
pequeño grupo de monjes de clausura. Tienen voto de silencio que a veces
flexibilizan si el abad así lo considera. En el monasterio se produce el
asesinato de uno de los monjes. En esta novela, la música tiene un papel
importante y la trama gira en torno a ella.
La metáfora que quiero
compartir es ésta (lo resaltado en negrita es mío): “- ¿Sabes por qué el
monasterio se llama Saint-Gilbert-Entre-les-Loups y por qué nuestro emblema son
dos lobos entrelazados?
El inspector jefe negó con la cabeza. –Había dado por
sentado que venía de la época en que llegaron los primeros monjes desde Europa.
Que hacía referencia a la domesticación de lo salvaje, a domesticar la
naturaleza. Algo así.
Tiene razón: es de cuando dom Clément y los demás
llegaron aquí –respondió el abad-. Es por una historia que les contó uno de los
montañeses.
-
¿Una historia de los nativos? –preguntó Gamache, sorprendido porque los
gilbertinos se inspirasen en algo que habrían considerado pagano.
-Dom
Clément lo relata en sus diarios. Uno de los ancianos les contó que, cuando era
niño, su abuelo se había acercado a él un día y le había dicho que dentro tenía dos lobos que luchaban entre
sí. Uno era gris, y el otro negro. El
gris quería que su abuelo fuese valiente, paciente y considerado. El otro, el negro, quería que su abuelo fuera
cruel y aterrador. La historia asustó al niño, que se pasó varios días dándole
vueltas, hasta que fue a ver a su abuelo y le preguntó: “¿cuál de los dos ganará, abuelo? El abad esbozó media sonrisa y
observó al inspector jefe. - ¿Sabe qué respondió el anciano? Gamache negó con
la cabeza. Su expresión era tan triste que a dom Philippe casi se le partió el
corazón.
-
“El que yo alimente” –contestó el
abad.
Gamache
miró el monasterio, que permanecería en pie durante generaciones.
Saint-Gilbert-Entre-les-Loups. Había traducido mal el nombre: no era “san
Gilberto entre los lobos”, sino “flanqueado” por ellos. En ese espacio en el
que la posibilidad de escoger era
perpetua.” (Louise Penny, Un bello
misterio. Edt. Black Salamandra).
Nada
más leer esta bonita metáfora, enseguida me vinieron los niños y jóvenes con
quienes trabajamos y después… me vi a mí y a muchos adultos. Me encantó porque
pone de manifiesto la posibilidad
que todos tenemos para elegir que prevalezca un lobo u otro y porque todos
tenemos la opción de facilitar en el otro, que crezca un determinado lobo,
según nos focalicemos más en uno o en otro. Me gusta porque habla de la
libertad constante y “perpetua” que tenemos para elegir desde donde ubicarnos
en la relación. Y porque lo expresa, como un ejercicio constante en el que estamos, esto implica movimiento,
dinamismo… seamos conscientes o no la lucha interna se da… y al final surge
aquel que yo elijo, aquel que voy alimentando en mi día a día. Por lo tanto,
todos tenemos la posibilidad, en cualquier momento de nuestra vida, de decidir
a cuál alimentar.
Si
nos colocamos como adultos que acompañamos a otros menores, es bueno ser
conscientes de a qué lobo alimentamos en los chicos.
¿Puedo
detectar el lobo que alimento en mí? ¿Puedo pararme a observar que lobo
alimento en el otro? ¿Cuándo sucede eso? ¿Cómo me siento? Y ¿Qué pienso?...
¡Ahora puedo elegir a quién alimento!!!
P.D. Este post estaba escrito con
anterioridad al coronavirus y por lo tanto anterior a quedarnos,
necesariamente, en casa con el fin de parar la “pandemia”. Creo que sigue
siendo válido y ahora con mayor sentido. Como personas, como humanidad podemos
elegir alimentar a un lobo o a otro. Estamos viendo muchas iniciativas del lobo
gris, que busca apoyar, facilitar… de mil maneras al otro y por lo tanto a la
comunidad. Es cierto que también se ven gestos del lobo negro, pero cada cual
puede leer aquello que nos llega, mirarlo sin juzgar y de nuevo elegir qué lobo
quiero alimentar, qué lobo quiero y necesito ver en los demás, qué lobo
queremos ser para los otros…
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