Cuesta concretar las cosas que muchas veces resultan inconcretables y mucho más las personas, tan complejas y con tantos recovecos en su conducta. A veces me gustaría hacer cajas durante al menos un mes al año, sólo cajas…por esa necesidad de ver c ó mo todo tiene un principio y un fin. Un final bello y bien hecho. Suena egoísta, pero en esta profesión y más especificamente en el trabajo con niños maltratados todo baila entre lo egoísta y lo generoso, entre lo complejo y lo sencillo, entre las lágrimas y las carcajadas…entre acompañar y salvar. Concretamente ella, Valentina, es así, una superheroína. Pero en lugar de lucir un traje con colores llamativos y todo lo opuesto a cálidos, sólo utiliza a modo de traje su sonrisa. Una sonrisa que lo llena todo y pronostica a modo de sol que vamos a tener un buen día, aunque nunca se sabe…pero lo que si sabemos es que la sonrisa, como en todo superhéroe, anuncia que la superheroína está en marcha, trabajando. Eso sí,...